Dia 2: Zumaia
- Guernica:
A las 06:00 me
despierto recuperado tras una noche tranquila y un sueño reparador en el
antiguo convento de monjas de clausura donde apenas estábamos hospedados 9
personas. A eso de las 07:30 ya listo para iniciar jornada pero paro en una
cafetería a tomar un café caliente y espumoso con una palmera de chocolate que
bien la podrían comer 2 personas. Es
domingo, se nota la tranquilidad en el pueblo. En el café se juntan 3 personas,
jubilados por la edad, que van vestidos y apertrechados para un día de excursión
por las montañas de los alrededores con unas condiciones climáticas buenas
durante el día.
Para salir de
Zumaia he de volver por el camino de entrada y aprovecho de echar un nuevo
vistazo a la bahía desde uno de sus puentes. Muy relajante. Comienzo pedaleo en
dirección a la carretera N-634 que llevará hasta Deba, primer punto de
referencia de este día. La senda peregrina va por el interior atravesando varios
portillos ganaderos de madera y alambrada que solo se atraviesan por arriba. Es
inviable que lo haga con la bici sin quitar toda la carga, pasar el portillo por
encima y montar todo de nuevo para
proseguir marcha. Así que opto por la carretera aún cuando si que hubo unos
tramitos por sendas en buen estado. El desnivel igualmente hay que subirlo ya
que sendas y carretera se encuentran mas adelante. Primeros 3 km al 5%, bajar durante otros 2 km al 6%, volver a
subir 4 km al 5% antes de comenzar el descenso a Deba durante 3 km al 8 – 9%
sobre un asfalto en muy buen estado.
De nuevo paisajes con vistas muy bonitas que compensan el esfuerzo inicial del día, ese sube
y baja constante que se va acumulando en las piernas. Una mañana con
temperatura agradable aunque se nota la humedad reinante y la necesidad de ir
bien hidratado. Paro en un mirador a recrear y disfrutar el momento, el
silencio donde solo se escucha el aire interrumpido por algunos vehículos,
alguno incluso para a tomar fotos.
Quiero hacer una
acotación sobre esta parte del camino que es muy válida para el resto del trayecto.
Leer foros y/o libros sobre el Camino del Norte en bicicleta. Hay para todos
los gustos y opciones, para quienes están en muy buena forma con bicis
maravillosas, para los que estamos en términos “normalitos”, para los que lleven
alforjas, para los que van casi sin peso (envían en cada etapa su equipaje con
servicios existentes a tal efecto). Se debe estar atento a los detalles y
advertencias sobre tramos “ciclables” o “no ciclables”, a comentarios sobre
sendas peregrinas y flechas amarillas que por lo general son para los
peregrinos de a pie y tienen exigencia importante tanto en subidas como
bajadas. En algunos casos solo hay una opción, la ruta peregrina, en otros hay
alternativas que se pueden tomar según las condiciones climatológicas, el
estado físico, fuerzas, estado anímico etc.
El punto común en
todo los textos y blogs que relatan el camino del norte esta etapa está entre
las mas complicada y duras para ciclistas por el estado del suelo y las pendientes
o incluso despeñaderos. De allí que en ocasiones se recomiende ir por carreteras
que nos llevarán por los mismas localidades. No implica que no haya que
esforzarse pues hay que hacerlo, y mucho, solo que se puede pedalear mas y
mejor y a la vez dosificar el trabajo físico del cuerpo
Reanudando la
marcha llego a Deba (13 km) alrededor de las 10:30 am donde hago parada técnica
en la playa para un café, bebidas isotónicas y disfrutar del aire marino
mientras por los parlantes se anuncia, en euskera y en español, el comienzo de
la jornada de los socorristas y las condiciones climáticas de la jornada. El
objetivo es Guernica lo más temprano posible, aspiraba a las 17:00 con calma,
ya que había pronósticos tormentosos a partir de final de la tarde.
Manos en el
manillar y pies en los pedales prosigue la marcha del día dirección Mutriku.
Consulto unas rutas que llevaba guardadas en la aplicación Wikiloc, también las
de un librillo del camino del norte y pensando que ambas iban por similar lugar
continúo por la del libro dirección Mutriku y luego Olatz por carreteras
secundarias y sendas peregrinas. La del Wikiloc viajaba por la GI.638. Sin
darme cuenta luego de Mutriku entro a la montaña por unos caminos nuevamente
exigentes en medio de un precioso paisaje. La otra alternativa conducía a Ondarroa
y de allí a Munitibar por carretera. Aterrizo en Olatz, caserío pequeño, sobre las
12:30. Curiosamente veo mas de 50 ciclistas de montaña que participaban en una
marcha local y esa localidad era punto de avituallamiento de los organizadores.
Yo me recargo en el bar y confirmo la dirección del camino con la que atendía
allí quien me indica 2 referencias que son “impelables”. Ciertamente así fue,
llego nuevamente a señales que coinciden con los datos del libro.
Un camino en
principio sencillo, paso a algunos peregrinos de a pie hasta que llega un
desvío. La ruta es la de la izquierda por una rampa de hormigón rústico cuyo
inicio requiere esforzarse pero aparentemente sin demasiados inconvenientes.
Voy cambiando de marchas para mantener cadencia de pedaleo hasta que la rampa
me dice “¿creías que irías sentado todo el tiempo?”. Irremediablemente pie a
tierra y a empujar la bici cerca de 1 km por pendientes continuas alrededor del
15% sin un rellano donde volver a montar y pedalear. En medio de la subida pasa
un ciclista quien viéndome se para y me da indicaciones del camino hasta
Arnoate, luego el sendero hacia una carretera que me llevará hasta Munitibar. Lo
dijo tan fácil que al llegar a unos desvíos parecidos a los que el me había comentado
ocasionaron pérdidas del trayecto correcto. Cerca de 1 hora enlazando sendas
que no llevaban a ninguna parte. Volví sobre mis pasos y tome la otra dirección
de uno de los desvíos y un poco mas adelante encontré a algunos de los peregrinos
que había pasado antes junto a una fuente. Paré también a recargar los bidones
y a charlar un rato con ellos contándoles mis perdidas.
Retomo mi camino y unos
cientos de metros adelante encuentro la senda de gravilla a la que se refería
el ciclista. Un poco más adelante un montañero local me ratifica que estaba en
la vía a Arnoate (final de las cuestas y caminos deteriorados). Una vez allí
debía tomar el GR-121 para localizar la carretera que desde Etxeberría me
llevaría hasta Markina. El ciclista me había comentado que el calculaba que en
una media hora llegaría a esa carretera, pequeña diferencia de cálculo pues
tardé casi hora y media. Ya en la carretera una divertida bajada de unos 7 km
hasta Markina adonde llego a eso de las 15:00 buscando sitio para comer. Es un
pueblo pequeño, todo parece cerrado. Encuentro un bar restaurant donde paro a
comer relajadamente. Aún así no me puedo despistar y he de tener en cuenta la
hora pues hasta Guernika hay aún 32 km, es decir, hace 6,5 horas salí de Zumaia
y “solo” he recorrido 33 km. Que clase de 33 km han sido.
A las 16:00 horas
reanudo la marcha. Lo complejo es que llevare el sol de frente casi todo el
resto del camino y hace calor. Me hacía ilusión llegar a Bolibar ya que había leído
que es el terruño de los antepasados de El Libertador Simón Bolívar. Son 6 km por
carretera desde Markina, trayecto bastante sencillo justo hasta el lugar donde
está el monolito con la información de El Libertador. No hay mucho tiempo que
perder por lo que tras una breve parada y foto respectiva continúo vía
Munitibar y luego Guernica.
Apenas salir de
Bolibar arranca una cuesta constante de unos 3 km con una media de 6 a 7% de
pendiente en la que las piernas comienzan a manifestar cansancio tras las duras
jornadas de ayer y hoy por la mañana. Paro en un saliente de la carretera a
tomar un descanso y recuerdo que llevo en uno de los bolsillos del maillot una “paraguaya”,
fruta parecida a melocotón o durazno, de carne muy suave y sumamente jugosa. Me
tumbo en la hierba a comerla contemplando las copas de los árboles y el cielo
en el que ciertas nubes comienzan a juntarse e irlo tiñendo de blanco grisáceo.
Luego de unos minutos reinicio el pedaleo, por fin llega el final de la subida
y se inicia un rápido descenso hacia Munitibar pueblo del que entro y salgo
siguiendo los carteles que indican la vía a Guernica. Lamentablemente el
horario no me permite hacer recorrido por este pueblo.
Me olvido de ir
por senderos y continúo por la BI.2224 durante 13 km hasta entrar en Guernica
(19:00 horas) y comenzar a buscar el albergue. Paro en una farmacia que estaba
de turno, casualmente, y paro a comprar una pomada contra irritaciones pues
llevaba rozaduras en la pierna izquierda por las costuras del protector del
culote, algo que nunca me había ocurrido. El de la farmacia me da una
referencia errónea de la ubicación del albergue pero algunos ciudadanos me indican
correctamente. Una vez llego, el hospitalero me indica que no le quedan mas
colchonetas y tocaría en el suelo de la cancha de baloncesto. Sin embargo me da
el teléfono de un hostal cercano donde sabe hay espacio. Dado el cansancio y
que necesitaba esa noche cama y no suelo, opto por ir al hostal que estaba en
el 1er piso de un edificio de viviendas y la bici había que subirla por las
escaleras.*#&*”*!!
Una buena y
refrescante ducha para salir a dar una vuelta que fueron como tres. Contemplar
un mural con la imagen del cuadro de Guernica de Picasso y ver lo que es el árbol
de Guernica y lo que representa para los vascos. Lamentablemente, por
desconocimiento, el que fotografié no es el que representa al árbol original
sino al que llaman “Árbol Viejo”.
Ceno en la
cervecería Guernica aunque la cena casi no me entraba. Supongo el stress del día
o la “paliza” me tenía el estómago como encogido. Alrededor se observaba tanto
a residentes como a peregrinos en las distintas terrazas de la calle peatonal
donde estaba. Terminada la cena subo para dormir cuando de repente comienzan a
caer gotas de lluvia que en cuestión de segundos se transforman en una
descomunal tormenta que comienza a dejar gran cantidad de agua y destrozos por
el viento que arranca uno de las soportes del toldo del restaurant donde
minutos antes había estado cenando. El toldo enloquecido con un tubo adherido
amenaza con romper el cristal de la ventana de mi habitación por lo que bajo la
persiana y que sirva de protección. Como buen tormenta veraniega, minutos después
cesan el viento y la lluvia dejando los destrozos. La “recompensa” fue que a un
rato después se despejó el cielo dándome la oportunidad de fotografía la luna
llena de esa noche.
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